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Francis Drake – La vida del dragón inglés

Categorías: Leyendas gallegas
Francis-Drake

Sir Francis Drake (1540-1596) fue un navegante inglés que combinaba la exploración con la piratería. Los españoles lo apodaron “El Draque” (“El Dragón”) por asediar tierras y buques de la Corona Española con furor y rabia como corsario al servicio de la Reina Isabel I.

Para los ingleses fue considerado un héroe; para los españoles, un maldito pirata. Atención grumetes, ahora descubriréis la vida de este marino y sus campañas contra nuestras tierras.

Francis Drake fue la segunda persona en circunnavegar el mundo en una sola expedición. La primera fue Juan Sebastián Elcano, un marinero vasco que nació en Guetaria, la misma localidad que Cristóbal Balenciaga.

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EL PEQUEÑO FRANCIS

El pequeño Francis nació en 1540 en la ciudad de Tavistock, en el condado de Devon, Reino Unido.
Fue el primer hijo de los doce que tuvieron de Mary Mylwaye y Edmund Drake, este último era granjero.

En algún momento durante su infancia, la familia Drake se mudó al pueblo de Chatham, en el condado de Kent, donde su padre trabajó como capellán del astillero.

Dicen las malas lenguas que con tan solo 10 años ya era un grumete de agua dulce y navegaba por el río Támesis en una pequeña barca. Debió gustarle navegar, porque unos años después, con 13 años, ingresó en la marina y se adiestró con el capitán John Hawkins, un familiar suyo.

Francis salió oficialmente al mar en 1563, con 23 años.

BATALLA DE SAN JUAN DE ULÚA

En 1566, con 26 años, Francis se unió a John Hawkins en una expedición comercial a través de África Occidental. Durante el viaje, adquirió esclavos y navegó con ellos a través del Atlántico hacia el Nuevo Mundo.

Un año más tarde, en 1567, nuestro joven Drake repitió el viaje con Hawkins, pero esta vez con un buen ascenso, capitán de la Judith, un barco de 50 toneladas.

Fue en una expedición de 6 barcos hacia el Nuevo Mundo cuando todo salió mal. Recordad esta fecha porque, el 23 de septiembre de 1568, los españoles atacaron las 6 naves en San Juan de Ulúa, en la costa oriental de México. Lograron hundir cuatro de los seis barcos; por capricho del destino, Hawkins y Drake sobrevivieron y regresaron a Inglaterra en las dos naves restantes.

Batalla en San Juan de Ulúa

Ese fue el día, el hito en la historia de nuestro joven Drake, el momento en el que se inició una enemistad entre Francis Drake y todo lo español; comenzaría ese día su odio hacia nuestro Reino y su deber sagrado de debilitar a España por todos los medios posibles.

En una nota más feliz, en 1569, con 29 años, nuestro joven hater se casó con Mary Newman.

CORSARIO

El panorama histórico del momento hablaba de una guerra no declarada entre España e Inglaterra. Sin embargo, no era un buen momento para Inglaterra, que era incapaz de financiar grandes ejércitos. Por suerte para ellos, la astuta Reina consideró que atacar los barcos españoles que transportaban el botín de su imperio del Nuevo Mundo era la mejor forma de perjudicar a Felipe II de España e incrementar sus propias riquezas

En consecuencia, marinos como Drake recibieron una patente de corso para actuar como piratas y quedarse con todo lo que encontraran de España en alta mar dando, por supuesto, una parte a la corona.


¿Sabías que el infame Barbanegra comenzó como un corsario en el siglo XVIII durante la guerra anglofrancesa? Esto era para que atacara los barcos franceses. Cuando el rey de Inglaterra ordenó el alto a los corsarios, el muy pícaro decidió ignorarle y atacar barcos ingleses también. Al final, fue acusado de piratería y ejecutado por ello.

El 24 de mayo de 1572, con 32 años, Drake zarpó hacia Panamá para poder explorar la zona. Al llegar, lo primero que hizo fue estrenar su nueva patente y atacar el asentamiento español Nombre de Dios donde se llevó un botín considerable.

También exploró la zona a pie y, el 11 de febrero de 1573, fue el primer inglés que pudo divisar el océano Pacífico. Lo realizó subido a un árbol gracias a las instrucciones de un indígena.
Debía tener la suerte del diablo, porque la intercepción de una caravana española cargada con plata equivalente a 40.000 libras resultó ser un beneficio inesperado.

En 1575, con 35 años, Drake estuvo al mando de tres fragatas al servicio del Conde de Essex para someter una parte de Irlanda. Diría que luchó valientemente, pero la mayoría de los enemigos que despachó fueron mujeres y niños; este oscuro momento se le conoce como la Masacre de la Isla de Rathlin.

LA VUELTA AL MUNDO

En 1577, la Reina le propone explorar nuevas posibilidades comerciales y, por supuesto, hacerse con cualquier tesoro español con el que se topara. Drake recibió una flota de cinco barcos: Christopher, Elizabeth, Marigold, Swan y Pelican; este último fue rebautizado a mitad del viaje como Golden Hind en honor a Sir Christopher Hatton, que tenía dicho animal en su escudo de armas familiar.

Golden Hind.


Fue el 13 de diciembre de 1577 cuando Drake zarpó con 164 hombres bajo su mando. Navegó hacia el sur por la costa de África y después a través del Atlántico. Llegó a Sudamérica en abril de 1578 y, en septiembre, solo el Golden Hind continuaba la expedición en solitario dando la vuelta al continente por el extremo sur. Varios asentamientos y barcos españoles fueron sorprendidos por el barco de guerra inglés en aguas del Pacífico, no tuvieron oportunidad para el saqueo y matanza de Francis Drake y sus hombres.

En marzo de 1579, Francis logró capturar el barco de Nuestra Señora de la Concepción con una enorme carga de plata.

Luego, Drake navegó hacia el norte por la costa oeste de Norteamérica, ancló cerca de lo que hoy en día es San Francisco y reclamó el territorio para su Reina, fue nombrado Nueva Albión (aunque como veis, se ve que el nombre no tuvo mucho éxito).

Después decidió navegar por el Pacífico alcanzando en octubre las Indias Orientales (Indonesia y Filipinas), cargando a bordo seis toneladas de valioso clavo, una especia de la que se dice que el precio del kilo se tasaba en oro. El valor estimado del botín de esa larga expedición fue de unas 600.000 libras (los ingresos anuales totales de Inglaterra en aquella época) y la Reina recibió una bonita suma, 160.000 libras. 

Cuando Drake llegó fue recibido triunfalmente y aclamado, no solo por toda la riqueza que hizo, sino también como el primer inglés que había circunnavegado el mundo (después de un español, por supuesto, nadie le gana a un vasco).

El 4 de abril de 1581, la Reina Isabel, a bordo del Golden Hind que se encontraba en ese momento atracado en Deptford, nombró a Drake caballero complacida por los tesoros que había capturado y la gloria que sus logros trajeron a la Corona Inglesa. A partir de ahora estaremos hablando de Sir Francis Drake.

En 1582, la tragedia golpea a nuestro caballero, ya que con 42 años enviudó, la pobre Mary Newman moriría tras trece años de matrimonio.

En 1585, nuestro Sir se vuelve a casar con Elizabeth Sydenham, la única descendiente de George Sydenham del valle de Sydenham, quien fue el gran alguacil del condado Somerset.

Elizabeth Sydenham.

LA ARMADA INVENCIBLE

En ese mismo año, partió con una flota de casi 30 barcos y 2000 hombres para atacar las Indias Occidentales españolas (su odio hacia todo lo español jamás se vio menguado). Liberó muchas naves inglesas que el Rey Felipe II tenía embargadas ese año en puertos controlados por los españoles y capturó un botín de armas españolas tan grande que provocó el caos en los suministros destinados a la Armada del Rey.

Saqueó colonias y puertos españoles en las Indias. No se llevó un gran botín, aunque eso no le importó a nuestro corsario favorito, ya que le demostró al mundo la vulnerabilidad del Imperio Español a los ataques navales.

En resumen durante este año y los dos siguientes, Drake deambuló por todos lados atacando, saqueando e incendiando colonias y barcos españoles. Bueno, le daremos un punto ya que no todo fue destruir, también fundó el primer asentamiento inglés del Nuevo Mundo en la Isla de Roanoke.

Como nuestro Sir no era el único corsario inglés que atacaba propiedades españolas, las relaciones entre Inglaterra y España empeoraron. Fue la punta del iceberg que nuestro corsario más popular atacara Cádiz en abril de 1587, España seguía siendo su enemigo número uno.

Un año más tarde, el 20 de julio de 1588, con 48 años, Drake estaba de segundo al mando cuando la Armada Invencible hizo su espectacular entrada entre olas y tormentas. Fue una batalla a cañonazos entre barcos ingleses y españoles que acabó con la retirada de la Armada debido a la dificultad de maniobra por el tiempo.

Armada Invencible.

Se ve que no estaba contento con que los barcos españoles se retiraran sin apenas daños y, en 1589, formó una expedición para atacar los barcos de la Armada en puertos de España (y si podía atacar barcos con tesoros, pues mejor). A mayores, la Reina invirtió 49.000 libras para que nuestro Sir capturará Lisboa y restaurara a Don Antonio en el trono portugués (quien había sido depuesto por Felipe II en 1580,  pasando así, Portugal, a manos de la Corona Español).

Llegamos al punto de su vida en el que Drake decide meterse con nuestra tierra de meigas, Sir Francis Drake, en su viaje hacia Lisboa, ataca:

GALICIA

Es en el puerto de A Coruña donde descansan algunos barcos de la Armada Invencible y es, A Coruña, el destino de nuestro corsario.

Atacó la ciudad con más de 150 barcos y 23.000 hombres, un asedio de 10 días, logrando el 14 de mayo, derribar los muros de la ciudad y saquear parte de esta. Parecía bastante sencillo, en ese momento la ciudad contaba con 4.000 habitantes aproximadamente.

Pues no.

Cuando todo parecía perdido, apareció María Pita, quién mató al abanderado inglés que pretendía refrendar la victoria y encabezó el contraataque al grito de «Quen teña honra, que me siga!» («¡Quién tenga honra, que me siga!»), que terminó con la sorprendente victoria de la población civil sobre los ingleses. 

Fue el 18 de mayo de 1589, tras 14 días de asedio, que Drake daba la orden de retirada y huía con casi 2.000 muertos y cuatro barcos hundidos.

Después de este suceso, Inglaterra nunca volvió a atacar A Coruña.

María Pita.

Derrotado, pero no hundido, nuestro Sir sigue su viaje hacia Lisboa para restaurar a Don Antonio en el trono, sin embargo, para su sorpresa, la ciudad se resistió apoyando al Rey Felipe II. Sin suministros para continuar, sin poder tomar las Azores como base y habiendo sufrido una pérdida de 12.000 hombres (la mayoría por enfermedad) y 20 barcos, Drake decide volver a Inglaterra.

Ante tal humillación de no poder haber cumplido ninguno de sus objetivos, en su viaje de regreso, nuestro pobre corsario decide atacar las Rías Baixas para llevarle un botín a su Reina.

Nuestra querida ciudad de Vigo no contaba con ninguna María Pita, por lo que nuestro corsario arrasó sin compasión durante cuatro días la indefensa villa siendo su propósito reducirla a cenizas. Ni de esta demostración abusiva de poder salió indemne el corsario, ya que la población mató a más de 500 hombres en tierra y dejaron a muchos más heridos.

Las costas de la Ría de Vigo y la Ría de Pontevedra fueron destinos de la furia de nuestro humillado corsario que causó que muchas de las Islas (San Simón o Cíes) acabaran siendo deshabitadas por sus isleños ante el temor de más ataques piratas y que muchos de los pueblos acabaran devastados.

A pesar de los botines que logró llevarse de las Rías Baixas, estos no fueron suficientes pues, aunque no también como A Coruña, los gallegos bien se defendieron. Cuando Drake volvió a Inglaterra, la Reina Isabel I montó en cólera por el fracaso total y los escasos beneficios económicos. Esto le valió a nuestro Drake un Consejo de Guerra y su retirada del servicio activo durante cinco años.

Atacar Galicia, fue el peor error de su vida.

Con sus 50 años, el viejo marino pasó a ser un marinero de agua dulce y a desempeñar los cargos de alcalde de Plymouth y de miembro del Parlamento. Que duro golpe para un explorador inquieto. 

MUERTE

En agosto de 1595, Drake volvió a ser el viejo lobo de mar y todavía pudo dar un bocado cuando comandó una expedición al Caribe junto con John Hawkins. Los hombres se agolparon en los muelles deseosos de apuntarse a navegar con el nuestro corsario favorito, quien aún era un hombre popular y querido por los ingleses. El objetivo era atacar el istmo de Panamá, por donde pasaban las caravanas españolas de plata.

Lamentablemente, Hawkins murió durante el viaje y el ataque a Puerto Rico, parada antes de Panamá, fue un fracaso total. Las defensas españolas habían sido alertadas de la llegada de la flota inglesa y contaron con tiempo para instalar cañones adicionales y para evitar la presencia de barcos del tesoro en la zona.

Cuando Drake intentó llevarse un buen botín, se encontró con que no había nada de valor en los asentamientos. Perjudicado por vientos desfavorables y la propagación de enfermedades entre su tripulación, Drake enfermó.

El 28 de enero de 1596, Sir Francis Drake fallece de disentería en Portobelo, Panamá. Acorde con su vida de marino, fue sepultado en el mar en un féretro de plomo.

Un triste final para nuestro corsario favorito, cuya vida acaba con un fracaso contra las tierras de la Corona Española, aquello a lo que juró odio eterno, y dejando a Elizabeth Sydenham como viuda tras casi 11 años de matrimonio.

Funeral de Sir Francis Drake.

CURIOSIDADES

Se dice que fue Sir Francis Drake quien introdujo el tabaco en Inglaterra, al regreso de su viaje en 1985.

Fue Drake el lobo de mar favorito de la Reina Isabel I, un sentimiento que seguramente era recíproco, porque el marino solía hacerle impresionantes y caros regalos a su Reina (por ejemplo, una corona de oro con esmeraldas y una cruz tachonada de diamantes, en 1581). La Reina no se quedaba corta, también le hizo regalos (destaca una copa de plata en forma de globo que encerraba un coco que Drake había traído de su viaje).

Con su fama y sus riquezas, nuestro Sir adquirió un escudo de armas propio: un barco encima de un globo, con dos estrellas de plata cruzadas por una línea o faja horizontal ondulada. Con un buen escudo, viene un buen lema, el suyo fue: Sic Parvis Magna (Grandeza desde inicios humildes).

Escudo de Armas de Sir Francis Drake.

Fuentes utilizadas para la elaboración de este artículo:

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