A todos nos gusta pasar ratos divertidos, pero ¿y con los compañeros de trabajo? Muchas veces pasamos gran parte del día con ellos, las jornadas son largas, a veces tediosas y en ocasiones el estrés puede con nosotros, haciendo del día a día un complicado avatar. Por eso es importante disfrutar también momentos de ocio con ellos, para rebajar esos momentos de tensión e incluso fomentar que pueda surgir la complicidad. Son muchos los beneficios. De ahí que enfoquemos esta actividad de team building en la cocina. A todos nos encanta comer.
Si formas parte de un departamento de recursos humanos, serás conocedor de los beneficios de las dinámicas de equipo sobre todo fuera de la oficia:
- Mejora la comunicación interna y la cohesión.
- Los trabajadores se sienten más unidos logrando superar recelos entre ellos.
- Mejora del ambiente laboral de tu empresa.
Situaciones personales complicadas se superan cuando las personas se conocen mejor y se genera entre el grupo la empatía. Siempre existen condicionantes en las relaciones que las personas superan tras pasar tiempo juntos.
En Bluscus os planteamos las actividades de team building como un camino hacia la divulgación y el conocimiento de las tradiciones del mar, en este caso, los sabores del mar.
En esta ocasión, el grupo de trabajo no convive el día a día en el mismo centro de trabajo. Así que incidimos en la parte de interactuación entre ellos.
Visitamos uno de los mercados de Galicia con mayor tradición, en donde se disfruta de la arquitectura gallega y de los mejores productos del campo y el mar a partes iguales. Quisimos que los participantes supiesen más de su historia, cómo funciona y de las nuevas formas de explotación en las que los praceiros se adaptan a los nuevos tiempos.
Así una vez finalizada la visita y después de realizar la compra en el propio mercado, propusimos un concurso gastronómico en el que dividimos al equipo en dos equipos para competir en la cocina. Así los equipos tuvieron que decidir quién amasaba, rellenaba y cocinaba la mejor empanada gallega, hecha cómo no, con productos del mar. Rocío, nuestra cocinera, guío y animó en sus tareas a los dos equipos, dejando que se acomodasen los líderes y cada uno desempeñase su rol. En este team building en la cocina todos los participantes miraban con recelo al otro equipo, la competición ya estaba en marcha.
Tampoco quisimos descuidar el maridaje y así pudieron degustar algunos de los buenos vinos blancos gallegos mientras el horno hacía su trabajo. Nuestro querido Chema, fan de los vinos como pocos, aprovechó el momento para explicar al grupo las diferentes zonas vitinícolas, tipos de uvas y el sistema gallego de denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas.
Ring, ring, ring, suena el temporizador del horno y las empanadas ya están listas para ser juzgadas.
¿El resultado? Todos contentos y con mayor conocimiento sobre la cultura local y sus compañeros del día a día.
Consecuencia: la comunicación interna seguro mejorará. El feeling ya lo han conseguido viendo las caras al final de la jornada.
Un plan estupendo para saborear Galicia en compañía de los colegas de trabajo, sin estrés y creando el ambiente ideal para conocerse mejor disfrutando de una tarde perfecta.
