Qué ver en Pontedeume, localidad costera de A Coruña, en el golfo Ártabro.
Presidiendo la desembocadura del río Eume, nos encontramos con Puentedeume, y sus 8 parroquias. Es uno de los pocos municipios gallegos que conserva su casco antiguo con sus tradicionales calles y plazas.
Pontedeume surge gracias a Alfonso X, pues a finales del siglo XIII funda la villa. No obstante, el primer señor de Pontedeume fue Fernando Pérez de Andrade “O Boo” como recompensa por el apoyo en la guerra fratricida, a la cual se le fueron sumando territorios donados incrementando el poder y el rango de la familia Andrade.
A «O Boo» se le atribuyen numerosas construcciones: 7 iglesias, 7 monasterios, 7 hospitales y 7 puentes.
Casi entrando en el siglo XIV sube al poder el cruel Nuno Freire de Andrade siendo implacable con los monjes de Sobrado e incrementando los impuestos del pueblo, consiguiendo así la unión de las villas cercanas junto a los campesinos y formando la Irmandade Fusquenlla, con la que poco después se sublevarían.
En 1431, la rebelión es sofocada gracias a Juan II y Nuno muere, aunque años después y con Fernán Perez “O Mozo” al mando, se originan nuevas y más fuertes rebeliones acabando con el castillo de la familia Andrade bajo el grito “¡Abajo las fortalezas!”. Sube al poder Alonso de Lanzós haciendo huir a Fernán Pérez.
Estas rebeliones fueron constantes hasta que los Reyes Católicos se asentaron en el poder, se produjo el ajusticiamiento del Mariscal Pardo de Cela y se realizó un juramento al rey del conde de Altamira, el conde don Sancho y Diego de Andrade llegando así al inicio de la paz en el territorio gallego.
La lealtad del Señor de Andrade fue recompensada devolviéndole todos los territorios y nombrándole regidor de A Coruña y conde de Vilalba. Su sucesor e hijo fue el más relevante de los señores de Pontedeume, pues a sus espaldas se carga numerosas victorias contra los franceses y la construcción y creación de instituciones religiosas como el convento de frailes agustinos y la capilla mayor de la iglesia parroquial, en la cual se encuentra enterrado.
El casco antiguo como tal ya es un recurso digno de visitar de Pontedeume, no obstante, dentro de él nos encontramos con monumentos tales como el puente de piedra, remodelado a finales del siglo XIX, el cual da nombre a la villa.
Uun oso y un jabalí que quedan del antiguo puente gótico que se encontraba en el mismo lugar que el actual puente de piedra; la plaza del Conde, con su pilón central del siglo XVIII y la plaza del Mercado.
El concello (reedificado en 1609 tras un incendio), con su plaza del Rollo, actual plaza real, y la calle Real.
; el pazo del arzobispo Rajoy, del siglo XVIII; la plaza del Pan, del siglo XIX.
Construido entre 1370 y 1380, forma parte del conjunto integrado por un palacio (pazo) en el lugar que actualmente ocupa el Mercado, la capilla de San Miguel (derribada en 1909) y el propio torreón, de 18 metros de alto.
Destaca el escudo en su fachada, uno de los pocos vestigios que restan del antiguo pazo.
La actitud defensiva de la época contra posibles ataques movió la idea de Fernán Pérez de Andrade de amurallar la Villa. De esa idea nace la muralla que durante varios siglos cerró el centro del pueblo y que lo separaba de los arrabales.
Con el paso de los siglos fue convirtiéndose en un estorbo para el crecimiento de la Villa, puesto que la zona de intramuros se iba quedando pequeña. En la actualidad sólo queda una pequeña muestra simbólica pegada al atrio de la iglesia parroquial de Santiago, en la que luce una pequeña placa recordando lo que fue el pasado de la Villa.
El muro constaba al principio de tres puertas principales: la del Puente (arco de Maldonado), la de la Villa, situada en la entrada de la plaza de las Angustias y la tercera, de Porto o San Miguel.
Se habla también de otras tres puertas: la de Carnicería, que debió estar situada donde está la actual Rúa dos Ferreiros; la de Salga, probablemente inmediata al Torreón, y la del Postigo, en la que se desembocaba viniendo por la Rúa da Fonte Nova.
También podemos ver numerosos edificios destinados al culto religioso como la Iglesia Parroquial de Santiago, con la capilla mayor del siglo XVI, una bóveda estrellada del mismo siglo y el resto de la iglesia se atribuye al siglo XVIII; la iglesia de las Virtudes, construida en el siglo XIV y reedificada en el XVII.
Del convento de San Agustín, construido en el siglo XVI, actualmente queda el claustro renacentista y la huerta, pues la iglesia fue demolida a mediados del siglo XIX.
La cátedra de Latinidad, del siglo XVI, es hoy en día la biblioteca municipal.
Fuera del casco antiguo de la villa también encontramos varios monumentos a visitar por su historia e importancia en ella como la capilla de Breamo, del siglo XII; el castillo de Andrade, erigido en el siglo XIV sobre terrenos arrebatados a los monjes del Sobrado; el Monasterio de San Juan Caaveiro, en las fraguas del Eume declarado Monumento de Interés Histórico-Artístico en 1975 o el Monasterio de Monfero, relacionado con la familia Andrade, pues reúne los sepulcros de la mayoría de los miembros de esta familia.