Muchas veces te habrás preguntado porque nieva en Nueva York y sin embargo no lo hace en Vigo. Estas dos ciudades se encuentran en la misma latitud. Aquí hace frío en invierno, sí, y muchos días te acuestas deseando abrir la persiana de la habitación y encontrarte con la sorpresa de que la calle y los tejados están llenos de nieve. Pero no ocurre, ¿y por qué no sucede eso?
La explicación está en el mar. Muy poca gente conoce el papel fundamental que el océano y sus corrientes juegan en el reparto de energía del planeta. No en vano nuestro planeta es conocido como “el planeta azul” pues el 70% de su superficie es agua.
Atmósfera y océano están conectados hasta tal punto que la mínima perturbación que ocurra en el océano tendrá su consecuencia en la atmósfera y viceversa. ¿Y eso cómo? Te preguntarás cómo es eso de las corrientes oceánicas, los ríos que recorren el planeta.
Pues verás, una manera sencilla de entender cómo se forman y por qué se desplazan repartiendo el calor del sol por todo el planeta, es pensar en una tartera con agua al fuego. Aunque en este caso, el hornillo no se encuentra debajo, sino encima. Ese hornillo es el sol. ¿Y qué ocurre cuando se calienta agua? Pues que hierve ¿verdad? algo parecido ocurre en el océano, en el que el agua calentada por el sol, y más ligera, se desplaza hacia las zonas más frías para igualar temperatura y la más fría a las zonas más calientes en un proceso continuo. Este es el mecanismo que genera las llamadas corriente profundas.
Pero no sólo el sol es el responsable del movimiento de las masas de agua sino que existen otros “culpables”, entre los que se encuentran los vientos dominantes en la superficie terrestre. Cuando el viento es constante sobre una masa extensa de agua, como por ejemplo los alisios que soplan en el Atlántico y Pacífico de dirección este, arrastran el agua de la superficie del océano con ellos, creando corrientes que se desplazan en su misma dirección. Estas son las llamadas corrientes superficiales que se desplazan como ríos con sus meandros.
Las corrientes profundas y las superficiales están conectadas en lo que se llama “cadena transportadora oceánica” la gran responsable del reparto del calor en toda la tierra y de que el clima no sea tan extremo en algunos lugares.
Y bien, ¿cuál de estas corrientes es la responsable de que no nieve en Vigo? Pues el secreto está en la famosa y archiconocida “corriente del Golfo”. Una corriente que desplaza agua cálida desde el mismo Caribe directo hacia Europa donde asciende hacia el norte. Como si abres el grifo de agua caliente de la ducha y el calor y vapor va calentando el baño. En el caso de Vigo calentando la atmósfera en nuestras latitudes haciendo que tengamos un clima templado.
El gran problema con el que se enfrenta hoy en día este mecanismo de reparto de calor, es que el gradual pero acelerado derretimiento de la capa de hielo de Ártico a causa del calentamiento global provocado por la acción humana, está ralentizando la Corriente del Golfo. Si el proceso continúa, el impacto sobre el clima, los ecosistemas marinos de Europa y el nivel del mar se hará notar, y un día, quizá, no sea tan descabellado que pronto podamos levantarnos un día de invierno, levantar la persiana y encontrarnos desgraciadamente con un bonito manto de nieve.
*Fotografía de portada: Diario El País