Un lugar idílico
En un primer momento la fe cristiana estaba presente en Galicia pero todavía no se había arraigado fuertemente en la cultura popular. Debido a ello proliferaron variantes del cristianismo con componentes de creencias paganas y ancestrales. Estas costumbres se adhirieron a la fé dando lugar al Priscilianismo, una de las variantes más notables y dignas de mención.
En un primer momento, la vida religiosa promovida por Prisciliano se concebía en la soledad, la reflexión y la contemplación de la naturaleza. Un retiro físico y espiritual que se traduce en la huida del mundo. Estos enormes bosques se llenaron de ermitaños que encontraron en estos valles cobijos naturales y lugar para la oración.
Los ermitaños se alejan de la civilización entre los bosques enxebres de estos valles donde establecen sus cuevas y donde vivirán una vida en soledad. Estas cuevas naturales a veces eran ampliadas con el objetivo de construir en su interior una capilla en la que rezar.
La reflexión no tenía sentido si la figura del ermitaño decidía aislarse en la soledad pues conocimiento adquirido era perdido, con el tiempo decidirán compartir estas lecciones en reuniones eventuales que culminaron con la vida monacal semejante a la que conocemos a día de hoy. Hasta que finalmente se convierte en una vida en colectivo dedicada al trabajo y a la oración.
Estos cambios fueron integrados poco a poco por dos grandes pensadores de la fé cristiana, terminando con el último reducto del priscilianismo. En primer lugar influyen las ideas promovidas por Martiño de Dumio en el siglo VI y VII y en segundo lugar tendrá mucha fuerza la regla de San Benito, 73 capítulos que reflexionan sobre la vida que debe llevar un monje. San Benito vivió durante el Siglo VI, no obstante, sus escritos tuvieron una gran influencia durante la edad media hasta nuestros días. A la ribeira sacra sus conocimientos llegaron en torno al siglo XII.
“Ora et labora” esta regla se resume en la filosofía de “reza y trabaja”.
Monasterios, de San Pedro de Rocas
Testimonio de estas primeras cuevas eremíticas lo encontramos en Esgos. El monasterio de San Pedro de Rocas es el más antiguo de Galicia y está completamente excavado en la roca donde a día de hoy podemos apreciar tres capillas en su interior. Este interior está formulado con soluciones arquitectónicas íntimamente ligadas a la liturgia bizantina. Efectivamente Martiño de Dumio, en el siglo VI, llega de oriente y se encarga de asentar las costumbres de una vida monacal en colectivo aquí, en Galicia.
Tres arcos de medio punto anteceden las capillas y, en la división entre el fuste y el arranque del arco, conservan un ajedrezado natural del románico. En el suelo, antes cubierto por losas, ahora podemos apreciar tumbas antropomorfas que llaman la atención del visitante, pertenecen a la época altomedieval.
En los muros también se conserva un mapamundi único en pintura mural,
una representación funeraria que trata el tema del apocalipsis en el que se reconoce a numerosos apóstoles y ángeles trompeteros del apocalípsis, esta pintura mural fue financiada por una familia nobiliaria y data del siglo XI o XII, tiempos de cruzadas y la reina Urraca. Llama especialmente la atención la distribución de Occidente, África y Asia. Una representación de mapa en forma de O y T tradicional en los manuscritos de la época medieval (Orbis terrae tripartitus)
Este monasterio alojó en torno a 13 monjes, no fue muy grande. En el siglo XII fue monasterio regido por la orden de San Benito, orbitó en la influencia del Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
Curiosidad:
El Monasterio de Montederrama, fue en el siglo XII el más importante de la zona bajo el mandato del orden Cisterciense. El Císter está muy presente en Galicia y su arquitectura se caracteriza por presentar muros austeros vacíos de decoraciones ostentosas.
El poder creciente de la iglesia había hecho del clero una institución ambiciosa y egoísta, cegada por el poder y la riqueza. Este comportamiento se hacía evidente no solo en la rimbombante decoración de su arquitectura, si no también en las copas, vestuarios y demás elementos que empleaban para oficiar sus ceremonias litúrgicas.
La orden del císter nace como contraposición de esta actitud con el objetivo de volver a los orígenes más puros que promovía la regla de San Benito, que a su juicio se habían desvirtuado por completo.
Por otro lado, de este mismo monasterio nace el conocido nombre del icónico y característico Xeodestino: Ribeira Sacra. Un cronista benedictino del siglo XVII tuvo el acierto de equivocarse a la hora de traducir unos documentos que atestiguan la donación de la Reina Teresa de Portugal de unas posesiones en la Roboira Sacrata, es decir, Robleda sagrada.
Monasterios, San Esteban de Ribas de Sil
El gran Monasterio de la Ribeira Sacra es uno de los más poderosos de Galicia, está situado en una ladera de la montaña mirando al río Sil. El primer documento que se conserva escrito sobre el monasterio es del rey Ordoño II. En él autoriza la petición para edificar un monasterio en el siglo IX. Muy pronto el monasterio adquirió relevancia y peso eclesiástico. Se dice que 9 obispos decidieron pasar sus últimos días en este monasterio. Por ello, nueve mitras son visibles en el escudo heráldico de la fachada renacentista del complejo monástico.
La gran parte del patrimonio eclesiastico va a tener numerosas ampliaciones y renovaciones por lo que en su mayoría podemos apreciar una amalgama de estilos. La iglesia presenta elementos románicos tardíos, ejemplo de ello es un fantástico retablo pétreo con Jesús en el centro y los 12 apóstoles bajo un arco de medio punto, el apóstol Santiago aparece iconografiado con la vieira peregrina, se trata de la representación más antigua que se conoce con esta simbología peregrina. Es posible que este retablo sirviera como tímpano para la portada de la iglesia principal y ahora se aloja en el interior de la misma.
Uno de los claustro es románico, podemos apreciar los característicos arcos de medio punto con potentes muros y columnas, capiteles vegetales o figuras antropomorfas. La parte de arriba del claustro es tardo gótica, los pináculos ganan altura para acercarse más al mundo celeste. Los nervios de las bóvedas se presentan en forma de crucería, que responde a una estética gótica.
El segundo claustro, más aéreo, se corresponde a un estilo renacentista y continúa jugando con elementos grecorromanos como columnas y arcos de medio punto y es el más grande de los tres claustros que se encuentran en el complejo monacal.
Por último, el tercer claustro es de pequeñas dimensiones y corresponde al mismo maestro que realizó el claustro grande. No obstante, lo más llamativo del monasterio es su fachada renacentista y barroca que por suerte no acabaron del todo con su pasado medieval.
Podemos encontrar a día de hoy en la simbólica plaza do ferro, en pleno casco histórico de Ourense, una fuente que decoró la parte central de alguno de estos tres claustros.
A día de hoy el monasterio goza de una segunda vida siendo uno de los Paradores más espectaculares de España.
Curiosidad:
Los monjes van a tener un papel fundamental en el desarrollo de la economía medieval. La riqueza de los valles y un clima casi mediterráneo, fueron explotados para el beneficio humano. A pesar de que las verticales paredes a la ribera del Miño y del Sil dificultaran el acceso, los monjes no dudaron en cosechar la vid. La mayoría de los bancales que pueblan las riberas del ambos ríos son de origen medieval. Estos bancales fueron usados para la cosecha de uva y la elaboración de vino. No obstante quienes trajeron la vid hasta aquí fueron los romanos, que llegaron en busca de oro y con la propia presión del agua crearon grandes agujeros en el macizo granítico, dando lugar a Montefurado en Quiroga o a las médulas de León. Toda una proeza ingenieril.
Monasterios, Santa Cristina:
Todos los monasterios de la Ribera Sacra están emplazados en lugares especiales, con paisajes que invitan a la meditación. Como se ha mencionado anteriormente, los monjes buscaban alejarse de las urbes para reflexionar y orar, por ello vamos a ubicar estos monasterios en paisajes insólitos e inigualables. Uno de los más llamativos es el monasterio de Santa Cristina, sobre un cañón del Sil y rodeado de castaños centenarios.
De estilo románico se conserva la fachada de la iglesia y una puerta que antecede al resto del claustro que se puede ver hoy día. Esta puerta presenta unas originales decoraciones con un arco lobulado con formas vegetales.
También se conserva el rosetón románico, que a la puesta del sol ilumina el interior de la iglesia. Los arcos formeros de la iglesia son apuntados, lo que nos indica su estilo gótico. A un lado de la iglesia tiene adosado una torre campanario que se asemeja a una torre de vigilancia con vistas al río Sil, también románica, no es difícil imaginarse el control sobre el terreno que les permitía tener estas fantásticas vistas.
El control era importante, a día de hoy sabemos por este monasterio que los monjes recibían numerosas donaciones y que el diezmo era pagado en forma de especias con productos como el vino, castañas, centeno y lino.
Iglesia mágica de San Juan de Portomarín.
En la villa de Portomarín, nos vamos a encontrar una iglesia particular. Esta villa, que en los años 60 estaba ubicada a orillas del río Miño, fue trasladada debido a la construcción del embalse de Belesar. La iglesia fue movida piedra a piedra a otro emplazamiento cercano y todavía se conserva la numeración en cada piedra que permitió elevar la iglesia nuevamente como si fuera un puzle.
Llama la atención la utilización de piedra caliza, cuando en Galicia es normal usar piedra granítica por las características de su suelo, así como su forma acastillada y defensiva.
El puente de la villa atravesaba el río Miño, por lo que se convirtió en un atajo para todo aquel que se dispusiera a llegar a Compostela a través del camino. Rápidamente, Portomarín y su iglesia se consolidaron como zona de paso del camino peregrino.
En la portada de la iglesia se detecta la influencia del taller del maestro Mateo, se refleja en los músicos del apocalipsis que se ubican en las arquivoltas y sobretodo en el grandioso rosetón al puro estilo de la catedral de Santiago.
Estos canteros descendieron el miño haciendo iglesias a su paso dejando la huella del más pulido estilo mateano románico tardío.
Esta iglesia se abastecía de pescado fresco que formaba parte de su dieta diaria. En el río ubicamos sistemas de pesca que se aprecian a simple vista cuando desciende el caudal del río. Los caneiros son elementos en el lecho del río que estrechan el curso del agua poco a poco creando un efecto embudo que permite la pesca de la anguila.
Iglesia mágica de Santo Esteban de Ribas de Miño y el fantasma del maestro Mateo:
En la parte alta del Embalse de Belesar se puede apreciar la iglesia de lo que fue en su momento el monasterio de Ribas de Miño. Su fachada es una de las más bellas del románico español. Otra vez hace presencia la influencia del maestro Mateo. Los músicos del apocalipsis aparecen en las arquivoltas, el rosetón y columnas con fustes en mármol con capiteles vegetales al estilo mateano.
Está iglesia se encajona en la ladera de los cañones en un espacio reducido, para garantizar su firmeza el terreno fue excavado para construir la cabecera absial de la iglesia. En el otro extremo se construye una pequeña cripta a modo de cimientos para soportar la fachada. Esta solución fue empleada por el maestro Mateo en la catedral de Santiago para levantar el pórtico de la Gloria.
Por último, en el interior podemos apreciar una obra escultórica que resalta por su buena labra. La escultura narra la adoración de los reyes y se presenta incompleta, la virgen todavía conserva la policromía de su época.
Curiosidad:
No todos saben de la existencia de monasterios dúplices, estos monasterios fueron fecundos en Galicia entre el siglo IX y XII, en la Ribeira Sacra también hicieron presencia. Estos espacios monásticos estaban formados por una comunidad dual entre monjes y monjas.
Esto no estaba bien visto por parte de la iglesia. El mismo Papa desde el Vaticano y con el poder del Imperio Romano, hace llegar al obispo de Santiago el siguiente mensaje
“Aquello que hemos oído decir que por vuestra región habitan monjes con monjas es del todo punto inconveniente. Para cortarlo disponga enérgicamente tu experiencia de manera que los que actualmente estén juntos se separen en divididas y lejanas habitaciones y en adelante no vuelva a tomarse tal costumbre”
Monasterios femeninos: San Miguel de Eiré, San Esteban de Atán, Santa María de Ferreira.
Con la desaparición de los Monasterios dúplices y la llegada de la orden benedictina a Galicia en el siglo XII, el monacato femenino tomó fuerza. Durante el siglo XII y XIII llegó a haber los mismos monasterios femeninos que masculinos.
Estas nuevas comunidades ocuparon espacios que ya existían, es el caso de San Miguel de Eiré que para la construcción de la nueva iglesia se emplearon elementos de la vieja iglesia como una celosía prerrománica. Este reaprovechamiento de material era un recurso común. Se puede apreciar de forma clara en el monasterio de San Esteban de Atán, uno de los monasterios más antiguos de Galicia que data del siglo VIII. En su actual iglesia románica se pueden apreciar celosías prerrománicas dispuestas con gran destreza y de gran original morfológica.
Por último, otro gran monasterio femenino es el Monasterio de Santa María de Ferreira. El único que todavía tiene vida monástica en la Ribeira Sacra. Su origen se remonta al siglo X, comenzó siendo un monasterio dúplice y en el siglo XII pasó a ser dependiente de la orden del císter hasta el día de hoy. Nueve siglos llevan reuniéndose las monjas del císter que han pasado por esta comunidad. Se reúnen en la iglesia románica siete veces al día según y como lo dicta la norma de San Benito. Una virgen tallada en madera preside a día de hoy las oraciones de las monjas, así como lo hizo durante cientos de años.
Curiosidad:
En el siglo XIII y XIV los Monasterios alejados de las urbes comenzaron a fracasar. No obstante aparecerán las órdenes mendicantes. Estás órdenes sabrán renovar su vida religiosa en los últimos siglos de la época medieval. Estas nuevas comunidades se establecerán en las grandes urbes dando lugar a esbeltas iglesias con cabeceras góticas espectaculares. Pero eso es otra historia.
Imágenes extraídas de Turismo de Ribeira Sacra, Turismo de Galicia y los municipios donde se asientan los monasterios e iglesias.