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Mariscar en Galicia, un oficio de museo

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Mariscar en Galicia es un oficio de museo. Por suerte, cada vez es una actividad más reconocida.

Victoria y Josefa, así se llaman las dos mujeres de la asociación cultuural mujeres de Cambados Guimatur, que el pasado 24 de mayo nos enseñaron, desde su extensa experiencia, el arte del mariscar en Galicia. Aunque a tenor de la forma con la que contaban su experiencia vital, más que un arte es un auténtico modo de vida.

La pasión y el amor que estas mujeres nos trasmitieron por su trabajo hizo que me plantease incluso meterme a mariscadora y todo. Y ya os aviso que no es fácil pues ¡hay lista de espera!

https://bluscus.es/tour/marisqueo-en-cambados/

Yo solía pensar que eso de mariscar sólo consistía en esperar a que bajase la marea, coger un barreño, el carnet de la Xunta (PERMEX), un «angazo» y salir a la playa a coger almejas. Sin embargo Victoria (descalza en todo momento mientras los demás llevábamos nuestras correspondientes botas) y Josefa (redera, otra profesión preciosa) nos demostraron que su labor va más allá de recoger estos bivalvos del mar.

Mientras nos explicaban los distintos tipos de almejas que hay en Galicia o por qué en Galicia tenemos el mejor marisco del mundo, nos iba contando sus historias vitales. Y todo ello sin escapar a nuestras preguntas sobre el berberecho de Noia o si es cierto que los meses con r son los mejores para comer marisco.

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Victoria me contaba que «además de recolectar estos bivalvos, debemos limpiar la playa de algas, sembrar la nueva semilla, y vigilar que los furtivos no se lleven nuestra fuente de ingresos de manera ilegal. Debemos respetar las leyes, vedas y tamaños, para que de esto no sólo podamos vivir nosotras sino nuestras hijas y las hijas de nuestras hijas».

Orígenes del marisqueo en Galicia

Pero  ¿cuándo se empezó a mariscar en Galicia? El marisqueo fue una actividad para el auto-abastecimiento propia de la población que no contaba con otros medios de subsistencia.

Hay dos tipos: el marisqueo a flote y a pie. El marisqueo a flote  se realiza desde pequeñas embarcaciones y sobre todo es llevaba a cabo por hombres.  El marisqueo a pie se realiza a pie de playa y  para el que no se precisa de más utillaje que las manos y es llevado a cabo por las mujeres.

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A lo largo de la historia la transmisión del oficio ha pasado de madres a hijas, generación tras generación.

Así Victoria nos decía con nostalgia que: «cuando yo era pequeña mi madre me llevaba con ella al puerto a jugar con los demás niños mientras ella mariscaba. Era una forma de espantar a las gaviotas pues, al jugar, gritábamos más que ellas. Si las gaviotas lograban hacerse con alguno de los pescados que los hombres habían desembarcado en puerto o con alguna almeja recolectada, mi madre me tiraba de las trenzas» .

El atractivo comercial del marisco

Esta actividad empezó a tener un carácter comercial a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. Los moluscos fueron los productos que permitieron a la industria conservera superar la crisis de la sardina, abriendo nuevos mercados.

Hoy día uno de los principales problemas con los que se encuentra este oficio antiguo, agravado por la crisis, es el furtivismo.

Las guías de Guimatur explican que: «debemos hacer turnos, incluso de noche, y contratar seguridad para evitar que los furtivos se lleven nuestro esfuerzo. Es un trabajo comunal».

Para evitar este problema del furtivismo y otros como que se esquilmen los bancos de arena, el oficio de mariscar se encuentra fuertemente regulado por ley, hasta tal punto que, nos contaban, que cada una tiene un cupo y que si en Navidades alguna quiere llevarse algo a casa, debe descontarlo del cupo que tiene permitido para comercializar.

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Con los años las mariscadoras se han organizado en asociaciones en las que se reparten el trabajo y defienden su oficio. Han pasado de ser recolectoras a cultivadoras, vigilan, planifican el trabajo, limpian las playas, seleccionan y clasifican el producto. Todas juntas, nuestras heroínas a pie de playa. Han conseguido que su producto alcance un alto valor, lo que contribuye al desarrollo local y comunitario.

En definitiva, las mariscadoras han logrado a través de una mejora laboral mayores cuotas de libertad y de poder, y esto no es sólo un paso adelante para las mariscadoras sino para todo el sector y las poblaciones costeras.

Si eres un apasionado de la almeja no te puedes perder la «Festa da Ameixa de Carril«, que se celebra en agosto

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