Una batalla entre 23.000 hombres y 150 barcos ingleses frente a 4.000 vecinos y 4 barcos apenas armados no augura nada bueno para estos últimos, ¿verdad?
Pues “surprise” porque la aplastante victoria de estos coruñeses logró que estos hombres bajo el mando del famoso Francis Drake huyeran con el rabo entre las piernas. Fue la valentía de María Pita que, cuando los ánimos estaban más bajos, se alzó valientemente al grito de:
Y vaya si la siguieron, los ingleses no se lo vieron venir y, la batalla, acabó con ellos huyendo con el rabo entre las piernas.
El Nacimiento de una Leyenda
Todo comenzó cuando Sir Francis Drake, deseoso por ver arder España, decide destruir los barcos de la Armada Invencible que, después de la desastrosa batalla, habían regresado a descansar.
Contexto Histórico
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El panorama histórico del momento hablaba de una guerra no declarada entre España e Inglaterra. Sin embargo, no era un buen momento para Inglaterra, que era incapaz de financiar grandes ejércitos. Por suerte para ellos, la astuta Reina Isabel I consideró que atacar los barcos españoles que transportaban el botín de su imperio del Nuevo Mundo era la mejor forma de perjudicar a Felipe II de España e incrementar sus propias riquezas.
En consecuencia, marinos como Drake recibieron una patente de corso para actuar como piratas y quedarse con todo lo que encontraran de España en alta mar dando, por supuesto, una parte a la corona.
Como Drake no era el único corsario inglés que atacaba propiedades españolas, las relaciones entre Inglaterra y España empeoraron. Fue la punta del iceberg que nuestro corsario más popular atacara Cádiz en abril de 1587.
Más tarde, el 20 de julio de 1588, Drake estaba de segundo al mando cuando la Armada Invencible hizo su espectacular entrada entre olas y tormentas. Fue una batalla a cañonazos entre barcos ingleses y españoles que acabó con la retirada de la Armada debido a la dificultad de maniobra por el tiempo.
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Se hallaban en A Coruña algunos de estos navíos en no muy buen estado, perfecto para que nuestro intrépido corsario los pusiera a arder. Se armó con una tripulación de 23.000 hombres y 150 naves y salió de la base de Plymouth el 13 de abril de 1589.
En aquella época A Coruña tenía sobre 4.000 habitantes, vivía del mar y estaba dividida en dos partes: La Ciudad Alta, la cual estaba amurallada, y La Pescadería, situada en extramuros.
Los navíos ingleses fueron vistos la noche del 3 al 4 de mayo, los pobres coruñeses no tenían la sospecha de que este corsario tenía el objetivo de arrasar su hogar. Don Juan Pacheco, capitán general de Galicia, ordenó enviar dos galeras para averiguar el motivo de su llegada. Los buenos de los ingleses respondieron a la pregunta no formulada del capitán con sus cañones.
Drake, bastante contento con su número de hombres, ordenó que 10.000 de ellos desembarcaran para ir abriendo el camino al resto. Los buques españoles que defendían la ciudad (que eran cuatro) les respondieron tal y como hicieron ellos, a cañonazos. Sin embargo, los ingleses lograron llegar a tierra y, el 4 de mayo de 1589, comienza el asalto a la ciudad de A Coruña.
La ciudad estaba repleta de hombres ansiosos por defender su hogar, ayudados por los muros de la Ciudad Alta y las mujeres y niños que, durante el asalto, llevaron comida y agua para que los defensores no abandonaran sus puestos. Entre esas mujeres se encontraba María Pita.
Lo primero en caer ante el implacable asalto de los ingleses fue La Pescadería, la parte de la ciudad que no contaba con ninguna defensa. Los ingleses llegaron a los pies de la muralla y pidieron la rendición de los defensores (que eran sobre 1.500), un par de cañonazos gallegos les dejó clara su postura. Una acción vale más que mil palabras.
Las escalas no les sirvieron de nada a los ingleses para entrar a la ciudad así que optaron por otra vía, hacer volar los muros. La primera zona que hicieron estallar fue la cercana al convento de Santo Domingo, que no logró abrir ni un mísero agujero, aunque sí lo dejó bastante dañado (mujeres y niños tomaron la tarea de repararlo).
El 14 de mayo fue el día en que los ingleses, ya hartos de esperar, entraron en la ciudad haciendo saltar por los aires un muro y entrando por su gran abertura. Tanto ingleses como coruñeses estaban cansados, pero el alférez inglés alentó a sus hombres a seguirlo cruzando la muralla mientras portaba con orgullo la bandera inglesa. Los ingleses, con renovada fuerza gracias a su odio y sed de sangre, cargaron contra el hueco de la muralla.
Cuando los ingleses entraron emergió una figura, María Pita. Su marido había muerto a manos de los ingleses, lo que provocó en ella una auténtica rabia e ira que le hizo coger una lanza y matar al mismísimo hermano de Francis Drake, el alférez; luego le arrebató su bandera y la alzó por encima de su cabeza para animar a sus compatriotas a luchar con más brío.
Hombres y mujeres, que cambiaron las cestas de alimentos por armas, se alzaron siguiendo a María. Luchó con furia y valentía dirigiendo sucesivos contraataques contra los hombres de Drake y la flota que estaba en la costa. Tal fue el furor de sus ataques que el corsario no tuvo más remedio que huir con 2.000 muertos y cuatro barcos hundidos el 18 de mayo.
Fue tal la hazaña que llegó a oídos del propio rey y este la obsequió con el título de “soldado aventajado” y una pensión que ya la quisiera yo, lo que le hizo no necesitar años después volver a casarse solo por el sustento.
Vida Privada
La pequeña María nació en el municipio de Cambre, A Coruña, en una familia campesina.
La fecha exacta de su nacimiento se desconoce, aunque la mayoría de fuentes dicen que fue entre 1562 y 1568; es decir, que durante el ataque a A Coruña, María Pita hubiera tenido entre 21 y 27 años.
Su verdadero nombre era Mayor Fernández de la Cámara y Pita, pero debido a un error burocrático fue llamada María Pita.
Esta confusión surgió más adelante en su vida cuando un fraile administró la extremaunción a la hermana menor que se llamaba María Pita y la confundió con Mayor Fernández.
Como mujer de la época su destino fue casarse y se lo tomó muy en serio, hasta cuatro veces se casó y, es que según el fraile anterior, María era una chica gigantona y atractiva.
Su primer marido fue Juan Alonso de Rois, un labrador que cambió de profesión a carnicero al mudarse a A Coruña . Se casaron en 1581 y tuvieron una hija llamada María Alonso de Rois, quien más adelante se haría llamar María Alonso de Pita en honor a su madre.
El hombre falleció en 1587, dejándole a su viuda algunas tierras en San Cristóbal das Viñas y tres casas en A Coruña. Esas propiedades habían pertenecido a la abuela de su marido Elena de Rois y, Juan de Columbra, el otro heredero, quería su buen pedazo, María no dudó en darle caña y ganar el pleito llevándose su buena herencia.
Ese mismo año, en noviembre, contrajo matrimonio con Gregorio de Rocamonde, también carnicero. En aquella época era común volver a casarse, ya que era la mejor manera que tenía una mujer de sobrevivir después de enviudar (y con una hija a cargo). Sin embargo, es en el ataque del corsario Drake que su segundo esposo muere.
En 1589, nuestra heroína se vuelve a casar, pero no con un carnicero, sino con un capitán de infantería andaluz, Sancho de Arratia. Juntos tienen una hija llamada María de Arratia. Su suerte de viuda negra se consolida cuando su marido muere. Por suerte, María cuenta con la buena paga del Rey.
En 1599 nuestra heroína se vuelve a casar por cuarta y última vez con un funcionario de la Real Audiencia, Gil Bermúdez de Figueroa, con quien tuvo dos hijos. Sorpresa… fallece en 1613. ¿Alguien se lo esperaba?
Maria no se vuelve a casar, pero no porque no quisiera, sino porque su último marido le impuso una curiosa norma para contraer matrimonio: no podría volver a casarse si él moría; si lo hacía, perdería su herencia (los bienes de ese matrimonio).
María Pita queda viuda para siempre con un total de dos hijas y dos hijos. La hija mayor ya se había casado por aquel entonces, aunque termina separándose de él causando que esta vuelva a casa de su madre.
Nuestra heroína fallece en 1643, en Cambre, con una edad comprendida entre 75 y 81 años.
María Pita en A Coruña
En honor a nuestra heroína, existe una estatua de bronce de María Pita de 9’31 m; a sus pies hay un pebetero, símbolo del carácter liberal del pueblo coruñés.
La estatua se encuentra en la Plaza de María Pita.
Podemos encontrar en la misma ciudad la Casa Museo de María Pita, destinada a difundir la figura de la heroína coruñesa. Puedes hacer una visita virtual a la misma en este enlace de Turismo de A Coruña.
Las fiestas de María Pita
Las Fiestas de María Pita se celebran todos los años durante el mes de agosto con un programa muy amplio de actuaciones musicales, ferias, exposiciones y actividades.
¿Un mes de fiestas? Sí, no nos hemos equivocado. Las fiestas de A Coruña en honor a María Pita se celebran a lo largo de todo el mes de agosto. La idea nace del Alcalde Juan Flórez (que da nombre a una de las principales calles de la ciudad) en el año 1847. aunque inicialmente se celebraban en el mes de julio: No fue hasta 1887 que se empezaron a celebrar en el mes de agosto.
Fuentes utilizadas para la elaboración de este artículo:
- https://mundoestrellagalicia.es/historia-maria-pita-curiosidades-heroina-gallega/
- https://www.abc.es/historia/abci-maria-pita-gallega-irreductible-humillo-enemigo-mas-perfido-historia-espana-201902050230_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fhistoria%2Fabci-maria-pita-gallega-irreductible-humillo-enemigo-mas-perfido-historia-espana-201902050230_noticia.html
- https://mundoestrellagalicia.es/historia-maria-pita-curiosidades-heroina-gallega/
- https://www.elidealgallego.com/texto-diario/mostrar/2343911/cuatro-casamientos-marcaron-vida-mayor-fernandez-pita
- https://ocioengalicia.com/coruna/ev/festas-maria-pita-2024/15789/