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Los barcos vikingos: de la costa escandinava a la costa gallega

Categorías: Bluscus

De todas las embarcaciones que surcan las aguas gallegas hay unas que llaman especialmente la atención: los drakkars.

Estas embarcaciones nórdicas aparecieron en nuestras costas por primera vez en el siglo IX y han llegado a nosotros a través de reproducciones, conservadas principalmente en destacados museos como los de Dinamarca o Noruega.

En Galicia son dos los drakkars que pueden verse durante todo el año en el río Ulla a su paso por Catoira.

Este municipio se sirvió de su vinculación histórica con los ataques normandos para hacer de la cultura vikinga su estandarte y convertirla en la seña de identidad del pueblo.

Drakkars Catoira

Con las invasiones nórdicas, aunque estas fuesen puntuales, nuestro litoral se vio obligado a cambiar siendo necesaria la construcción de todo un sistema defensivo para evitar que los temidos vikingos se adueñaran de los tesoros galaicos. Estas incursiones abrieron un capítulo diferente en la Historia gallega. La impronta inmaterial que los invasores dejaron continúa presente en la actualidad como se refleja en una de las más destacadas fiestas de Galicia, la Romería Vikinga de Catoira. Todo lo relativo a la cultura normanda se ha movido siempre entre los hechos históricos y la leyenda, ya que no podemos olvidar que los vikingos atemorizaron Europa durante siglos, de ahí que las crónicas tiendan siempre a presentarlos como los mayores bárbaros de la Historia.

Pese a su innegable carácter bélico, los pueblos escandinavos han destacado especialmente por lo innovador de sus navíos y por ser pioneros en la apertura de nuevas rutas y vías comerciales a través del mar.

De entre todas las tipologías diseñadas por los nórdicos, los drakkars han sido los barcos más rápidos, resistentes y mejor preparados para afrontar las condiciones del Océano Atlántico que se lanzaron a conquistar.

Pero… ¿qué es un drakkar?, ¿por qué tienen esa forma tan característica?, ¿cómo se decoraban? y ¿por qué motivo se han realizado reproducciones en Galicia? A continuación resolveremos estas y otras cuestiones para acercarnos un poco más a la atrayente cultura vikinga a través de uno de sus aspectos más sobresalientes: sus embarcaciones.

Romería Vikinga de Catoira, Rias Baixas, Galicia by machbel
Romería Vikinga de Catoira, Rias Baixas, Galicia by machbel.

El drakkar es un tipo de embarcación utilizada entre los siglos VII y XI por los vikingos en sus incursiones costeras en busca de riquezas y se caracteriza principalmente por su formato alargado, estrecho y ligero. Su armazón era de madera y destacaba especialmente su escaso calado, lo que permitía desembarcos muy próximos a tierra. La navegación se realizaba a remo, y dadas las dimensiones del navío, los remos ocupaban completamente y de forma llamativa toda la longitud del barco. Su perfeccionamiento llegó con la incorporación del mástil central que daba cabida a una vela de formato rectangular para ayudar a los remeros en su labor. Hay que destacar también la quilla o esqueleto del barco por ser considerado un invento introducido por los nórdicos en este tipo de embarcaciones y ganar así estabilidad.

Por otro lado, la singular decoración de proas y popas tampoco pasa desapercibida. En el caso de los drakkars los motivos utilizados eran los dragones, de ahí que el propio nombre, de origen islandés, sea una referencia directa a estos seres mitológicos. Estos ornatos, que ayudaban a diferenciar el tipo de nave, eran realizados con el fin de intimidar a la vez que tenían un carácter apotropaico, de protección frente a los malos espíritus del mar. Además, el detallismo de estos elementos deja una clara preocupación por el uso de las artes decorativas.

Drakkar Torres de Oeste
Proa del drakkar Torres de Oeste.

Todos estos datos han llegado hasta nosotros a través de restos parciales o completos que han ido apareciendo con el paso de los años. Partiendo de ellos se ha podido estudiar y reconstruir una cultura llena de incógnitas donde la mayor parte de las fuentes proceden del bando enemigo. Un bando en el que durante el medievo se encontraba también Catoira pero estas relaciones han dado un vuelco enorme y actualmente gallegos y nórdicos son pueblos hermanados.

Drakkar Catoira
Decoración original del drakkar Torres de Oeste y anterior a su última restauración.

En este municipio pontevedrés, concretamente en la parroquia de Oeste, se encuentra una de las obras civiles más importantes de la Edad Media gallega, el Castellum Honesti o Torres de Oeste y en torno a ella se forjó una impronta inmaterial que vive su mayor auge cada primer domingo de agosto con la Romería Vikinga, una fiesta que celebrará este año su edición número cincuenta y seis. Un festejo iniciado por eruditos locales que fue cogiendo fuerza, motivo por el cual, el gobierno municipal decide hacerse con un auténtico barco vikingo. Esta idea tomó forma en el año 1993 cuando se construye el Torres de Oeste. Se trata de una copia exacta de una pequeña embarcación (Skuldelev 5) encontrada en el fondo del fiordo Roskilde en Dinamarca. Hasta este país viajan expertos artesanos desde Catoira para estudiar las técnicas constructivas vikingas.

Este barco pasa a convertirse en el protagonista indiscutible de la Romería Vikinga hasta que en el año 2002 es declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y para conmemorar este logro se comienza a construir un segundo drakkar. Frederikssund es el nombre elegido para este nuevo navío, en referencia al pueblo danés con el que Catoira se hermana en 1997. No se trata de una réplica exacta debido a las dificultades técnicas y a problemas de adaptación a la normativa del momento pero aún así los trazos constructivos fueron tomados del Gokstad, un barco vikingo del siglo IX hallado en un túmulo funerario noruego, y los motivos decorativos se inspiraron en la nave Oseberg. Tras una espera de seis años, el resultado fue una embarcación con personalidad propia que llega a alcanzar los veinte metros de eslora y que no deja indiferente a nadie.

Ruta vikinga

Estas reproducciones no se guardan en ningún museo, ni mucho menos, han sido creadas para uso y disfrute de los catoirenses, convertidos en vikingos cada primer domingo de agosto, así como para todo aquel que quiera navegar por el río Ulla a bordo de uno de estos navíos. Para tal fin se ha creado la Ruta Vikinga en la que desde aquí os invito a participar.

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