Tiempo atrás os explicábamos por qué la consideramos un paraíso natural, pero esta vez, no echaremos ancla para adentrarnos a explorar, si no que bordearemos la costa en busca de las mejores playas de Illa de Arousa.
El 14 de septiembre de 1985 se inauguraba el puente que comunicaba a los isleños con el resto de la provincia, o como coloquialmente se le conoce “a chave pra 6.000 presos”.
Con una longitud de 1.980 metros, se convierte en la pasarela que nos traslada a otra dimensión y que, casi sin darnos cuenta, se convierte también en el responsable de hacer brotar al niño que un día fuimos, latente y en “modo espera” deseoso de nuevos retos y experiencias.
Es innegable el sentimiento que se apodera de nuestro cuerpo cuando comenzamos a cruzarlo, haciendo pivotar nuestros pies, impacientes por llegar a su destino, lanzar la toalla a la arena y alcanzar el agua en décimas de segundo.
Pero no nos desviemos del tema principal, las playas. Os las presentaremos de una manera muy peculiar ya que no las ordenaremos por su situación geográfica, ni tampoco os facilitaremos un mapa con el que encontrarlas.
Haremos una selección y las dividiremos por niveles, para que seáis vosotros los que, mochila al hombro, las halléis cual tesoro pirata. ¡Allá vamos Illa de Arousa!
Nivel básico de aventurero
Playa de Camaxe
Cuenta con 1.100 metros de largo para que luzcáis bronceado paseando por la orilla de lado a lado. Recomendamos el uso de sandalias, si la encontráis agradeceréis el consejo, y si os topáis con alguna pepita de oro, esperamos una instantánea de la gesta.
Playa das Salinas
No queremos hablar su hermosura, porque como comprobaréis, solo necesitamos una imagen para convenceros. Simplemente afirmaremos con rotundidad que, lo mejor de esta playa, es una arboleda con la que cuenta y que te permitirá echarte una pequeña siesta a la sombra al estilo “made in Spain”.
Fotografía: Turismo de Galicia
Playa das Xastelas
Si eres de los que aprovecha la playa para practicar un poco de deporte deja tus cosas sobre su arena fina y blanca y que el running se apodere de ti, porque si la recorres de punta a punta habrás recorrido ¡1.500 metros!
Fotografía: Turismo de Galicia
Nivel medio de aventurero
Playa de Sualaxe
El viento en la playa, ese molesto fenómeno que llena tu toalla de arena no será problema en este lugar ya que está protegida por las enormes rocas que la rodean. Naturaleza en estado puro quizás sea el concepto que mejor la define.
Fotografía: Juan J. Rocha Carro
Playa de Área Secada
Una de las más populares de la illa, como si de un paraíso tropical se tratase con aguas cristalinas y arena blanca y fina. Cuenta con todos los servicios necesarios (baño, duchas y salvamento) y unas vistas espectaculares cerca de Punta Cabalo y con las bateas de fondo, haciendo de ella, una playa con “estrella michelin”.
Playa do Faro
El significado de la palabra calma quizás provenga de lo que nos transmite su orilla. Y por si fuera poco, si eres de los que no quiere perderse ni un minuto de sol estarás en el sitio correcto, pues es uno de los últimos lugares en los que se pone.
Nivel experto de aventurero
Playa dos Espinos grande
Esta es la playa por excelencia de los que tienen espíritu “mariñeiro”, ya que cuenta con dos observatorios de aves y, para más inri, si decidimos pasear por el agua notaremos la cantidad de almejas, berberechos y demás mariscos que habitan la zona. Momento perfecto para aprender a mariscar.
Fotografía: Víctor Gómez (Machbel)
Playa do Barco
Debe su nombre a los restos de un barco encallado en las rocas que la habitan, de hecho, todavía se puede observar el antiguo armazón. Es una playa pequeña y plana, a la que, para mayor disfrute, recomendamos ir con la marea alta.
Playa das Margaritas
Es una de las maravillosas calas que forman parte del Parque Natural de O Carreirón. Si Robert Zemeckis conociese Illa de Arousa la película de El náufrago sin duda se hubiese rodado aquí.
Solo nos queda pediros que si realizáis una expedición en busca de alguna de estas playas disfrutéis como niños y que recordéis, que uno de los trucos de la infancia, es que no hay que comprender algo para sentirlo.
Fotografía de portada: Yamil Doval Dios