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Horario de verano: De lunes a sábado 10.00 a 14.00 y 16.00 a 19.00

Las islas de Morbihan en Bretaña

Categorías: Bluscus

¿Sabías que el litoral bretón contaba con un millar de islas e islotes? Estas son verdaderas joyas en medio del mar, tan variadas que tanto tendrás la sensación de estar en Irlanda con sus acantilados como en las mismas Seychelles, con playas de arena blanca y aguas cristalinas… ¡Todos a bordo marineros, ponemos rumbo a las islas más asombrosas de Morbihan, la parte sur de la región!

1 – Belle-île-en mer

Las agujas de Port Coton - Fuente: Flickr - Bjaglin
Las agujas de Port Coton – Fuente: Flickr – Bjaglin

Belle-île-en-mer es la más grande y conocida de todas, su nombre la define perfectamente, pues significa “isla bonita en el mar”.  Inspiró a multitud de literatos, músicos o pintores y fue escenario de varios cortos y películas. Un entusiasmo que se entiende incluso antes de pisar la isla: durante los 15 km que la separan de tierra firme, ya podrás admirar sus acantilados y calas de ensueño. Lo comprobarás al desembarcar en el puerto del Palais, a la vez puerto de comercio, de pesca y deportivo. Aquí te encontrarás con la Ciudadela Vauban, un fuerte con más de mil años de historia clasificado como monumento histórico. La isla tiene mucho por ofrecer, entre otros las “Agujas de Port-Coton” de la costa salvaje, unos stacks (columnas de roca marina aisladas por la erosión) formando uno de los sitios más notables. Otros puntos de interés son el puerto de Sauzon, la “Pointe des Poulains” y su faro, y obviamente los senderos costeros, las diferentes calas y playas.

2 – La isla de Groix

Isla de Groix - Fuente: Flickr Jeanne Menjoulet
Isla de Groix – Fuente: Flickr Jeanne Menjoulet

Enfrente de la famosa ciudad de Lorient, sale del agua una isla llena de misterios. Hasta su creación es un enigma: existen varias teorías que buscan explicar este tesoro mineralógico, sus rocas siendo compuestas de cristales muy escasos como el esquisto azul, el granate y la mica blanca. Otro misterio que sorprende es la playa Les Grands Sables… Esta es una de las raras playas convexas de Europa, tiene arena de dos colores distintos y sobre todo es ¡la única que se desplaza! (alrededor de 50 m al año). Su arena blanca finita y su agua turquesa transparente acabarán de embrujarte.

Sigue descubriendo los encantos de la isla de Groix paseando por sus puertos: Port-Tudy es el principal, siendo el enlace con el continente y plaza de mercado por la mañana mientras que Port-Lay es un encantador puertecito bretón con muchos años de historia marítima marcada por los tiempos de las conserveras de atún y sardina. También fue creada aquí la primera escuela de pesca del país.

3- La isla de Houat

Isla Houat - Fuente Flickr (vincent desjardins)
Isla Houat – Fuente: Flickr (vincent desjardins)

Originariamente atada a la península de Quiberon, Houat se alejó del continente para volver a ser la pequeña isla de pescadores que conocemos. Para los enamorados de la naturaleza, Houat es el sitio idóneo para escaparse: protegida de los vientos por Belle-Île, la isla ofrece un panorama sobre playas de arena fina y dorada que lleva a aguas turquesas. Podréis aprovechar la isla paseando por una ruta de senderismo que marca la costa cincelada. El corazón de la isla late en su puerto, la pesca siendo la principal fuente de recursos de Houat. Os aconsejo pedir una copa de vino en el pueblo al atardecer, disfrutando de la vista sobre los barcos pesqueros.

4 – Las islas del Golfo de Morbihan

Isla de los monjes - Fuente: Flickr Socrate1949
Isla de los monjes – Fuente: Flickr Socrate1949

Tan sólo en este golfo existe una cincuentena de islas… Las principales son la Isla de los Monjes, llamada la perla del Golfo, la isla de Arz, la Isla de Berder y la de Gavrinis. En la primera de estas, lo mejor que puedes hacer es alquilar una bici para recorrer la isla como lo hacen sus habitantes, pasando por sus callejuelas y descubriendo los 14 km de senderos. Sus casitas blancas pesqueras le dan un cariz de isla griega, pero la corriente de la Jument, dentro de las más fuertes de Europa, te hará recordar que estás en Bretaña. Y estando allí, sería un crimen perderte una degustación de ostras recién extraídas del mar, en su lugar de cultivo. Formando parte del archipiélago de las Sietes Islas, es la reserva natural más antigua de Francia: un lugar idóneo para observar las aves marinas tales como el alcatraz común, el cormorán y distintos álcidos.

L’île aux moines se llama así por haber sido el granero de los monjes después de que el rey de Bretaña Erispoë donó la isla a una abadía en el siglo IX. Pero la isla ya fue ocupada antes por los celtas, como lo demuestran los dólmenes y demás vestigios del cabo sur. Ahí te encontrarás también con el Chantier du Guip, un astillero especializado en la restauración de embarcaciones tradicionales.

Ya tenéis en vuestras manos todos los trucos para descubrir las islas de Morbihan, una de las formas más bonitas de llegar a conocer la Bretaña francesa. En un próximo post, os revelaré los secretos de las islas del Finisterre…

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