La Reconquista es una de las fiestas más celebradas en Vigo. Todos los 28 de marzo las calles se llenan de disfraces historicistas, representaciones de la epopeya, música, choripanes y vino ¡y no es para menos! Los vigueses celebramos todos los años como expulsamos a Napoleón de la ciudad.
Todo empezó en enero de 1809, 214 años atrás. Las monarquías estaban de moda en Europa y no eran del agrado de Napoleón, un militar que a través de la espada se cargó de un plumazo la presión que ejercían los reyes en Europa. Pero como decía Aldous Huxley, los fines no pueden justificar los medios. Un consejo que nos hubiera gustado darle al gorgojo militar.
214 años atrás, Napoleón entró en la península a través de los Pirineos persiguiendo a tropas inglesas que buscaron refugio en A Coruña. Allí se libró la batalla Elviña, una batalla que casi termina con el ejército inglés dejando claras las intenciones Napoleón en Galicia.
Los ingleses, pese a todo, consiguieron escapar y llegar a Vigo y aunque no habíamos olvidado del todo la jugada de Rande 100 años atrás, los recibimos y celebramos su llegada. No habíamos terminado de vitorear cuando usaron la ría de Vigo para escapar y volver a su isla. Los franceses no tardaron en llegar y el 30 de enero de 1809 ante la superioridad enemiga, Vigo, se rinde sin resistencia.
Estábamos solos en este cometido
Los franceses han conquistado la villa. El mariscal Soult convierte Vigo en su cuartel general y sigue las instrucciones de Napoleón: dirigirse hacia el sur e invadir Lisboa cruzando el Miño. Soult se lleva al grueso de las tropas francesas con él para hacer caer a la capital lusitana dejando en Vigo sus enseres y pertenencias, entre ellos su famoso sable, que confíaba recuperar a su regreso. Pero los vigueses vamos a frustrar sus planes y el sable se conserva en el Museo de Quiñones de Leon.
Tan solo 10 días después, España se arrodilla ante José Bonaparte I, hermano de Napoleón. Mientras tanto, dentro de los muros de Vigo los franceses se movían a sus anchas por la ciudad saqueando cereales, paja y vino locales. Pero los franceses no sabían que estarían a punto de provocar la ira del pueblo.
Una noche, en una taberna de la villa, los soldados franceses tienen una disputa con tres hombres locales: dos herreros y un chocolatero. El pleito se salda con la aparición de tres cadáveres en la arena junto a las baterías de Laxe. Eran los cuerpos de los paisanos de la villa.
Los soldados sospechosos de los actos, con el pueblo encima, van a disculparse con la villa y abonarán 1.200 reales a las familias afectadas quedando pendientes de un juicio que castigaría sus crímenes. Este juicio nunca se llegará a celebrar y se saldará con la liberación de un clérigo vigués aprisionado por los franceses. Este intercambio no complacerá al pueblo provocando la cólera colectiva.
Comienza la revolución del pueblo
Simultáneamente, se está creando un cerco en Vigo formado por tropas de zonas colindantes, los portugueses también se sumaron a las filas gallegas. El capitán Cachamuiñas y sus soldados van a ser una figura clave de esta epopeya. Por último se suman Venus y Lively, dos fragatas inglesas.
Alrededor de 6.000 soldados formaban el grueso de las filas viguesas mientras que del lado francés, 1.300 hombres consolidaron las fuerzas bajo la dirección de Soult que todavía no había llegado de su expedición a Lisboa.
La tensión estaba en el ambiente y los franceses se encontraban acorralados. El 27 de marzo las fuerzas que cercaban Vigo extramuros, después de un trago de aguardiente, pactan el asalto definitivo.
La ofensiva se compuso de un asalto a un tiempo sobre los castillos del Castro y San Sebastián y sobre las puertas de la muralla. La puerta de Gamboa que se encontraba en la subida de calle Carral será la gran protagonista de la historia de la liberación de Vigo.
Muralla de Vigo de 1665 a 1869. Fuente: Vigo bicentenario, Faro de Vigo.
El ataque
El 28 de marzo comienza el ataque. Mientras tanto, dentro de la muralla, tienen lugar enfrentamientos violentos entre la población civil y los franceses. Para abrir las enormes puertas de madera se empleó la fuerza de un hacha y dos hombres, los franceses no dudaron en disparar con sus mosquetones y acabar con la vida del primero, un viejo marinero llamado Carolo. Sus esfuerzos no fueron en vano y Cachamuiñas continuó con el trabajo. A pesar de recibir balazos enemigos consiguió abrir la puerta, de esta manera el grueso de las tropas locales arrasaron con el ejército francés que se rindió ante el pueblo vigués intimidado por la superioridad numérica y perjudicado por la escasez de suministros intramuros.
Las filas napoleónicas rendidas se embarcaron en las fragatas inglesas Venus y Lively, alejándose definitivamente de Vigo.
Como curiosidad, el ejército francés dejaron atrás a muchos heridos rezagados que permanecieron en el convento de Santa Marta. El convento tomó la función de hospital improvisado de campaña y actualmente es la iglesia de San Francisco justo al lado de la entrada al puerto pesquero de Vigo.
Con el tiempo las victorias se suman en la península y Napoleon retira a sus tropas del país. Se restaura la corona y Fernando VII vuelve a ser rey de España. Vigo y su pueblo se van a ganar el título de fiel, leal y valerosa. El pueblo demanda que la vieira en su escudo, símbolo de vasallaje a la Catedral de Santiago, sea convertido en un enorme y vigoroso olivo. Actualmente símbolo de la ciudad que recuerda la expulsión de los franceses.
Un año después, en 1810, el desarrollo económico y crecimiento exponencial de la población de corte marinero convierte la, hasta ahora pequeña villa, en una ciudad augurando el futuro de la urbe hasta nuestros días.
Tenéis toda la programación de la fiesta pinchando sobre este cartel:
Podéis ver en este vídeo la representación de cada año de la Reconquista de Vigo. La ciudad se llena un estado de júbilo y orgullo en todas sus calles entre choripanes y vino.