Es tiempo de pensar en ir a navegar por la rías gallegas y ¿qué mejor que con unas cuantas leyendas para dejar volar la imaginación?. Os traemos otra historia de “maleantes mareantes” como la de Saint-Malo, la ciudad corsaria asique allá vamos… la leyenda de Teucro: helenos, piratas y romanos.
El origen de Pontevedra
Pontevedra es una ciudad gallega, capital de la provincia homónima. Se encuentra situada en el medio de las Rías Baixas, en la costa atlántica y en la desembocadura del río Lérez.
Es una ciudad administrativa y de turismo. Tiene gran cantidad de monumentos y destaca su centro histórico, uno de los mejores conservados de Galicia. También su oferta hotelera es muy buena -> te ofrecemos los mejores precios para dormir en Pontevedra.
Cuenta la leyenda que la ciudad fue fundada por Teucro, uno de los héroes de la guerra de Troya. Después de ser rechazado por su padre, llegó a esta tierra para fundar “Helenes”.
Áyax
Teucro era hijo del rey de Salamina y acudió a la guerra de Troya acompañando a su hermanastro Áyax, rival permanente de Odiseo.
Telamón, rey de Salamina y padre de Teucro. Palacio de Justicia del Condado de Wayne (Ohio).
El papel reservado a los dos hermanos en la guerra fue muy distinto. Mientras Áyax aparece como uno de los héroes griegos, el papel de Teucro es modesto.
Dado el carácter violento de Áyax, su padre temió por su vida; así que encargó a Teucro que lo vigilara permanentemente. Áyax y Odiseo se disputaron las armas de Aquiles, una vez muerto, y cómo éstas fueron adjudicadas a Odiseo, Áyax se quitó la vida.
Teucro
Cuando Teucro volvió a Salamina y contó lo sucedido a su padre, éste le reprochó el no haber evitado la disputa que condujo a la muerte de su hermano por lo que fue desterrado.
Teucro con algunos de sus fieles llegó hasta Chipre, donde fundó una ciudad de Salamina y, más tarde, viajó hasta las costas ibéricas donde fundó la ciudad de Cartagena. Allí, informado de la muerte de su padre, intentó retornar a su patria, pero sin éxito pues su sobrino, hijo de Áyax, lo rechazó.
Una nueva odisea llevó a Teucro a navegar por los mares que conducen a Occidente, pero, mientras dormía, su barco encalló en una de las rías, la cual posteriormente aceptó como su última morada. Allí creció un pueblo al que todos conocían como «el pueblo de los helenos», y que más tarde fue… Pontevedra.
Figura de Teucro en Pontevedra
Los piratas en la Ria de Pontevedra
Cuenta la leyenda que la paz se vio quebrada en la villa, donde ya había formado una familia, con la llegada de un pueblo de piratas que se asentaron en la boca de la Ría de Teucro (ría de Pontevedra).
Esta tribu de piratas interceptaban toda embarcación que se dirigía al fondo de la ría para saquearla. Ante el peligro de que estos avanzaban hacia tierra firme, haciendo peligrar así el poblado de Teucro, los caudillos de las tribus cercanas se reunieron en asamblea. Los hijos de Teucro y los helenos consideraron el peligro que representaban los piratas. La situación era insostenible. Ningún barco había llegado a puerto desde que se asentaron los bárbaros en la boca de la ría.
Los barcos de los piratas hacían temblar a la población cada vez que se adentraban en la ría. Los marineros no salían a pescar por miedo, no llegaban las mercancías y la población estaba inquieta.
Al acabar el invierno, el jefe de los piratas llegó a las puertas del poblado teucrano, para despedirse y disculparse por los problemas causados durante el otoño e invierno.
Los caudillos preguntaron por qué se iban. El pirata les explicó que su pueblo había sido aniquilado por los romanos y que los mercaderes ya habían informado al césar de su estancia en esas costas y que vendrían en su busca enseguida.
Algunos caudillos de la tierra vieron que el pirata era de su misma raza, tenían el pelo de su mismo color, llevaban vestimentas parecidas a las suyas y tenían pocas dificultades en comunicarse.
Viendo esto los caudillos decidieron apiadarse de los piratas y le indicaron que dirigiese su pueblo hacia Brigantium (la actual A Coruña) y allí pedir consejo al caudillo de la ciudad para ir a «la isla que nadie conoce» y protegerse así del exterminio de su sangre. Agradecido el pirata les dió todas las mercancías que no podían llevarse en los barcos a su nuevo destino y se fue raudo.
En la siguiente primavera, los mercaderes que llegaban no quedaban atracados ni un solo día en los puertos. Un mercader gaditano, en secreto, se dirigió a un caudillo diciéndole que “los barcos ya no paran en sus costas por compromiso, ya que un gran ejército ha de venir a matar a los piratas y a dominar los mares”.
Una noche después llegó una flota de barcos de guerra que venían a luchar y a conquistar, traían dinero para sobornar uno a uno, a los habitantes de las Rías Baixas y los mares dejaron de ser libres.
Faro de Ourense. Festa do Esquecemento de Xinzo. Momento en el que los legionarios romanos cruzan el cauce fluvial, previo a la batalla con los castrexos.
Dejaron de ser libres desde aquel momento hasta la eternidad y la gente de Brigantium, los únicos que sabían como llegar a la isla, murieron por no deponer las armas ante el César, la de los helenos y la de los teucranos que habitaban en la Gallaecia tocó su fin.
Curiosidades
- En Pontevedra existe una plaza con el nombre de Teucro y varias estatuas.
- El equipo de balonmano de la ciudad se llama CB Teucro en su honor.
- El último pirata del Atlántico, Benito de Soto Aboal, fallecido en 1830, era natural de Pontevedra.
Fotografía de portada: Juantiagues en Flickr
Otros mitos y leyendas de Galicia
San Andrés de Teixido: la leyenda
La leyenda del Monte Pindo
Cuentos y leyendas del Río Umia
O Rei Cintolo y su leyenda
Rianxo, la leyenda del Castillo da Lúa
La leyenda de Isla Ballena en la Costa da Morte
Las sirenas gallegas
Leyendas y piedras en Muxía
La leyenda de las 9 olas