Hacía ya mucho que mi vinculación con Marqués de Vizhoja me pedía una visita a sus bodegas. El festival Agosto na Ría, patrocinado por ellos lleva dos años robándome el corazón, y la verdad, en casa nunca falta una botella en la nevera. Este septiembre, justo antes de la vendimia era el momento ideal. Un tiempo estupendo, y un grupo de incondicionales del festival hizo posible conocer por fin el pazo y la Finca La Moreira.
La llegada a la finca te hace pensar en su situación y en lo grande que es, un túnel bajo la carretera de Arbo a La Cañiza para acceder a la bodega y la cercanía del río Miño, y por tanto la frontera con Portugal, te indica que de aquí tienen que salir muy buenos vinos.
Nos esperan Alicia y Amelia, para emocionarnos con la historia del Pazo y de Don Mariano Peláez, fundador de la marca y con un recorrido vital marcado por la superación personal.
Una vez que estamos todos, y saludarnos, tras a volver a vernos, esta vez, no en la ría de Vigo, sino en la comarca de Paradanta, empieza a fluir la emoción de un viaje marcado por la creación un vino de autor.
Don Mariano era castellano y decidió aventurarse y marchar a América. Para ello escogió el puerto de Vigo. La falta de barcos a su llegada hizo que montase una taberna aprovechando el local de una antigua tienda de ultramarinos en la villa marinera de Bouzas. Durante ese tiempo su buena mano con el vino le dotó de fama y de algunos premios. El trofeo resultante de aquellos premios tenía forma de hoja de parra. Aquí tenemos el germen de la famosa etiqueta y emblema de la posterior bodega. Puesto que la mayoría de bodegueros de la época provenían de familias con título nobiliario el nuevo vino no sería menos. Había nacido el Marqués de la Vid y de la Hoja.
Con el tiempo Mariano tuvo la ocasión de comprar la finca La Moreira, conjunto de pazo gallego y viñedos la cual pudo explotar con su buen hacer para llegar a fundar la bodega y la gama de vinos y licores que podemos disfrutar ahora.
La bodega de Vizhoja se divide en varias zonas, separando los vinos de la denominación de origen Rías Baixas del vino de autor y acondicionando espacios separados para la elaboración, los depósitos y la zona de embotellado y almacén. Como curiosidad, comentaros que la zona dedicada al albariño está ubicada en un antiguo secadero de tabaco. Este producto en sus tiempos necesitaba de mucha aireación y luz, mientras que el vino requiere de todo lo contrario, por lo que el edificio requirió de una reforma y tiene tapiadas sus ventanas.
Una vez llegamos a la zona de elaboración Amelia nos explica las funciones de la despalilladora (eliminar el raspón), y de las cubas de maceración (enfriar las uvas estrujadas, previo a la fermentación), así como de la prensa, a la cual llega el bagazo, para separarlo del vino. El desecho de la prensa será el producto a destilar para la elaboración de los licores autóctonos de Vizhoja.
Una vez finalizado el recorrido por Bodega, nos queda conocer el entorno del Pazo, para ello nos desplazamos a la parte más alta de la finca. Tras un breve paseo entramos a través de un nuevo acceso, el tradicional daba entrada hasta la capilla; en el actual una parra alta nos lleva hasta el pazo. Amelia nos explica lo particular que es el portal, ubicado antiguamente en un cementerio. Pasamos también por una alberca, antiguo criadero de lampreas y por una zona de jardín con árboles centenarios: Madroños, Camelios, Alcornoques y Bojs. Como veis Finca La Moreira no deja de sorprendernos con mil detalles, relacionados con Don Mariano Peláez y su vino, pero también con la anterior vida que poseía el Pazo.
En parte más alta, está la capilla, un pequeño mirador y una explanada (el antiguo acceso) en el que se celebran los eventos #vizhojaexperience ¿no los conoces? Pues la vendimia en familia o los retiros de yoga son algunos ejemplos de que se puede conjugar enoturismo con muchas actividades interesantes para acercar cada vez más gente a un entorno natural pero cuidado, como son las explotaciones vitivinícolas.
Ya nos quedaba menos para la degustación, después de un buen rato hablando de vides ya nos apetecía descorchar alguna botella. Antes bajamos hacia el pazo descubriendo joyas como una fuente que data de 1865 o ‘la abuelita’ la cepa más antigua de la finca; una vid de la variedad Treixadura que tiene ¡150 años!
Estamos ya un poco cansados y agradecemos el sentarnos con un aperitivo. El maridaje perfecto será una empanada gallega de zamburiñas, un marisco ideal para el vino de autor de Marqués de Vizhoja y el albariño 100% Torre La Moreira.
En esta pequeña crónica he tratado de dejarme atrás detalles e historias que sólo debéis conocer si realizáis el recorrido, por tanto si os he enganchado mínimamente con mi relato, no dudéis en reservar vuestra visita a Marqués de Vizhoja y descubrid muchas más historias y detalles de la finca la Moreira, su vino y la historia de la familia Peláez.