Mar. Libertad. Autenticidad. Son algunas de las sensaciones que uno tiene cuando puede disfrutar en alguna de las embarcaciones tradicionales para navegar Galicia que tenemos en Bluscus a vuestra disposición.
En este post os vamos a hablar de diferentes tipos de embarcaciones tradicionales que existen en Galicia, aunque ya os hemos hablado un poco sobre las embarcaciones tradicionales en este otro post.
La variedad de las embarcaciones viene determinada por distintos factores. El tipo de costa o río por el que navegan, los trabajos marineros a desarrollar o el número de marineros a transportar son algunos de ellos.
Los tiempos modernos y las nuevas tecnologías han modificado la manera de trabajar de los profesionales del mar, pero no debemos perder la cultura marítima y por tanto conservar física e inmaterialmente todo el acervo cultural que nos proporcionan los barcos antiguos.
Las embarcaciones tradicionales más pequeñas suelen ser de río y están pensadas para pasar de orilla a orilla o para pescar especies como las angulas. Son barcas de paso o barcas de dornas. Por tamaño, luego vendrían las Gamelas, Botes y Dornas, hasta 6 metros y hasta 7 las lanchas xeiteiras, el Racú, las Dornas de tope, meca e xeiteira. Para más de 8 metros ya tenemos barcos como el Galeón, la Tarrafa, la Traiñeira, el Trincado o el Balandro.
Su nombre proviene de la palabra latina camella, que significa artesa (donde se elabora y guarda el pan) puesto que su forma recuerda este recipiente.
La gamela tiene una eslora de 5 a 6 metros, y el fondo plano, para facilitar su subida y bajada del mar en las playas.
Se emplea sobre todo para pesca y marisqueo en la boca de las rías. Tiene dos variantes, la llamada Gamela de Coruxo, que tiene una pequeña tabla alrededor, que hace las veces de cubierta; y la Gamela de A Guarda, que carece de esta cubierta.
Son embarcaciones pequeñas, de 5 o 6 metros de eslora, dedicadas a la pesca artesanal y marisqueo en las rías.
La sección de su casco tiene forma de U y pueden usar la vela latina o la mística. La proa es puntiaguda y la popa redonda o plana.
Existen varios subtipos: el bote de la ría de Vigo, el de Carril o el Pulpeiro de Ferrol. Sus diferencias las marcan la posición del mástil y de la percha donde cuelga la vela.
Se construye con la técnica del Calime, superponiendo las tablas, en contraposición a la técnica ‘a tope’, donde las tablas van arrimadas y que se usa mayoritariamente.
La dorna es una embarcación típica de las Rías Baixas. Se cree que su origen es normando, por similitudes con embarcaciones nórdicas y por usarse en zonas de invasiones vikingas.
Tiene la proa redondeada y la popa chata e inclinada. Monta una vela de relinga y lleva remos. Existen también varias tipologías, con pequeñas variantes en la proa o en la técnica constructiva: dorna polbeira, la más común; dorna meca o dorna de tope.
Son barcos grandes, de entre 8 a 25 metros, dedicados al transporte de mercancías. Tienen bastante manga, lo que les difiere un aspecto barrigudo.
La proa es recta, inclinada ligeramente hacia delante. La popa de los galeones es llamada ‘de rabo de galo’, al ser muy inclinada y redondeada en las esquinas. Su empleo, a lo largo de la historia ha ido cambiando, pues además del transporte se usaron como barcos auxiliares para trabajo en bateas o para remontar ríos en busca de arena para construcción.
Es un barco a motor, fueron apareciendo en Galicia a partir de los años 20 del siglo pasado.
Son de tipología cantábrica, alargados, ligeramente curvados en la parte superior del casco y con popa ’rabo de galo’. Toman su nombre de la red de cerco con que se pescaba la sardina. Empezaron a desaparecer a partir de los años 60 por causa de la introducción de nuevos métodos de construcción. Actualmente sólo queda el Chasula, dedicado a travesías turísticas.
Barco utilizado para cabotaje en las rías, tiene un tamaño considerable, 18 metros de eslora. El mejor ejemplo lo tenemos en el Joaquín Vieta, que superando los 100 años de navegación es el decano de los barcos que surcan los mares gallegos. Trabajó desde la zona de Muros, para sus fábricas de salazones, hacia Vigo, retornando con vino y materiales de obra. También pasó por épocas duras, como barco de bateas o como una batea propiamente dicha. Su rehabilitación concluyó en 2010 y ahora podemos disfrutarlo realizando turismo marinero.
Como veis, os he descrito auténticas joyas de la navegación. Si os quedáis con ganas de conocer más a fondo este tipo de embarcaciones os recomendamos asistir a los Encontros Embarcacións Tradicionais de Galicia que se celebran cada dos años.
Debajo podéis ver el último celebrado en Combarro del 29 de junio al 2 de julio de 2017.
¡Os esperamos a bordo!
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